Skins: ¿adolescentes con problemas o drogatas fiesteros?

Todos sabemos que hoy en día los medios de comunicación están llenos de mierda que, pese a ser mierda, es popular y vende. Mucha gente piensa eso mismo de la serie de la que voy a hablar hoy, aunque yo no comparto esa opinión.

Skins nos cuenta la historia de un grupo de amigos en sus dos últimos años de instituto. Cada temporada de la serie coincide con uno de esos años (de forma que en la tercera temporada cambian los protagonistas, cuyas historias seguirán en la cuarta). Cada uno es un mundo, con sus propios talentos y con sus propios problemas. Unos son más fiesteros, otros tímidos, unos manipulan y otros se dejan manipular. Tampoco coinciden en creencias religiosas u orientación sexual. En lo que se parecen todos es en que con más o menos frecuencia todos beben, fuman, toman pastillas, practican sexo... Eso echa para atrás a mucha gente, porque piensan que eso es todo, una panda de drogadictos y sus fiestas y orgías, y que la serie no puede tener interés más lejos de lo que eso pueda ofrecer.

Los protagonistas de las primeras temporadas

Sin embargo, en Skins más que en las fiestas, las drogas y el sexo (que están exagerados aposta para darle más jugo al asunto) lo interesante está en ir explorando la forma de ser de cada personaje. Como el propio nombre indica, Skins nos mete en la piel de un personaje distinto en cada episodio, enseñándonos su familia y su estilo de vida, haciéndonos comprenderle y sentirnos identificados en mayor o menor medida. No sólo vemos fiestas desenfrenadas, también hay familias rotas, intentos de suicido, abortos, problemas de ansiedad, trastornos alimenticios...

Por lo demás, la historia en sí nos cuenta los amores y problemas del grupo. En ese sentido no se diferencia demasiado de otras series juveniles, pero engancha igual. La serie no se alarga inútilmente en el sentido de que cuando en la segunda temporada terminan el curso los personajes no siguen apareciendo. En la tercera temporada hay algún guiño, pero en lo demás es totalmente independiente, puedes empezar a ver la serie desde ahí y no te pierdes nada. En la cuarta temporada terminará esta generación, y todavía no se ha hablado de la posibilidad de una quinta.

Los protagonistas a partir de la tercera temporada

En definitiva, Skins me parece una serie entretenida, que puede enganchar fácilmente, y que tiene un trasfondo más interesante de lo que pueda parecer a priori. Estoy convencido de que muchas de las personas que no han empezado a verla por esos prejuicios terminiarían disfrutándola del mismo modo en que yo lo hago. Dadle una oportunidad, que la merece.